¿Puedo pintar sobre una superficie de uralita sin retirarla?

La uralita ha sido uno de los materiales más comunes en cubiertas, naves, tejados de garajes y construcciones auxiliares durante gran parte del siglo XX. Con el paso de los años, muchas de estas superficies comienzan a mostrar un aspecto envejecido, manchas, desgaste por el sol o el paso del tiempo, lo que lleva a algunos propietarios a preguntarse si es posible pintar uralita para mejorar su apariencia sin necesidad de retirarla.

Sin embargo, esta decisión no debe tomarse a la ligera. La uralita fabricada antes del año 2002 contiene amianto, y cualquier intervención sobre ella —por sencilla que parezca— puede suponer un riesgo si no se realiza correctamente. En este artículo te explicamos qué debes tener en cuenta antes de pintar este tipo de superficie, cuándo se puede hacer y qué alternativas existen.

¿Qué es la uralita y por qué es delicado intervenir sobre ella?

La uralita es un nombre comercial que se hizo popular para designar planchas de fibrocemento utilizadas en cubiertas y cerramientos. Hasta que se prohibió el uso del amianto en España en 2002, estas planchas contenían fibras de este material, lo que las convierte en elementos potencialmente peligrosos si se degradan, se cortan o se manipulan sin control.

A diferencia de otros materiales, la uralita con amianto no puede ser tratada de cualquier forma. Aunque esté colocada desde hace décadas, sigue siendo una fuente de riesgo si su integridad se ve comprometida. Pintarla puede parecer una solución estética o funcional, pero si no se toman las medidas adecuadas, puede convertirse en un problema de salud y legal.

¿Es legal pintar uralita?

No existe una prohibición directa que impida pintar uralita, pero sí hay una serie de condiciones que deben cumplirse. La intervención sobre cualquier superficie con amianto está regulada por normativa específica. Según el Real Decreto 396/2006, toda actuación que implique contacto con materiales que contengan amianto debe hacerse con las debidas precauciones y, en muchos casos, por empresas autorizadas.

Aunque pintar no implica cortar ni perforar, la preparación previa de la superficie, el uso de cepillos, lijas, chorros de agua a presión o productos químicos puede deteriorar la placa y liberar fibras al aire. Esa es precisamente la situación que se quiere evitar.

Por lo tanto, no se recomienda pintar uralita por cuenta propia. Si el material es antiguo y contiene amianto, incluso una acción aparentemente inocua como aplicar una capa de pintura puede entrañar riesgos.

¿Qué se debe hacer si se quiere mejorar el aspecto de una cubierta de uralita?

Lo primero es verificar si la uralita contiene amianto. Si fue instalada antes de 2002, lo más probable es que lo contenga. En ese caso, lo adecuado es contactar con una empresa especializada que pueda valorar su estado y ofrecer alternativas seguras. Si la cubierta está en buen estado y no se considera necesaria su retirada inmediata, es posible estudiar tratamientos superficiales, como encapsulado, realizados por profesionales.

El encapsulado consiste en aplicar un recubrimiento especial que sella la superficie y evita la liberación de fibras, prolongando la vida útil del material sin necesidad de retirarlo. Este proceso debe ser ejecutado bajo protocolo técnico y con las medidas de seguridad adecuadas, no simplemente con una pintura convencional.

Si, por el contrario, la uralita está muy deteriorada, agrietada o rota, lo más recomendable es planificar su retirada definitiva. En ese caso, se deberá elaborar un plan de trabajo, informar a la autoridad laboral y contratar una empresa inscrita en el RERA.

¿Qué riesgos implica pintar sin conocimiento técnico?

El mayor riesgo de pintar uralita por cuenta propia está en la posible liberación de fibras de amianto, que pueden quedar suspendidas en el aire y ser inhaladas por los trabajadores, los ocupantes del edificio o personas del entorno cercano.

Estas fibras no tienen olor ni color, y sus efectos sobre la salud no son inmediatos, pero están estrechamente relacionadas con enfermedades graves como el mesotelioma, la asbestosis o el cáncer de pulmón.

Además del riesgo sanitario, existe el riesgo legal. Si se detecta una intervención indebida sobre materiales con amianto, el propietario o responsable de la obra puede enfrentarse a sanciones económicas y responsabilidades por exposición de terceros.

Conclusión

Pintar una superficie de uralita puede parecer una solución rápida y económica para mejorar su aspecto, pero si esa uralita contiene amianto, la decisión debe tomarse con mucho cuidado. La mejor opción es evaluar su estado, identificar su composición y actuar conforme a la normativa.

En AST Amianto realizamos inspecciones, análisis y tratamientos seguros para cubiertas con amianto. Si estás pensando en intervenir sobre una superficie de este tipo, consúltanos antes de hacerlo: tu salud, tu seguridad y tu tranquilidad están en juego.

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