Diferencias entre fibrocemento con amianto y sin amianto: cómo identificarlos

Uno de los materiales más utilizados en la construcción del siglo XX fue el fibrocemento. Versátil, económico y resistente, se empleó en cubiertas, bajantes, depósitos, tabiques e incluso en revestimientos exteriores. Pero lo que muchas personas desconocen es que durante décadas este material contenía amianto, un componente altamente peligroso para la salud cuando se degrada o se manipula sin control.

Hoy en día todavía es común encontrar fibrocemento con amianto en edificios antiguos, a menudo sin que sus propietarios lo sepan. Por ello, saber diferenciar entre el fibrocemento antiguo (con amianto) y el moderno (sin amianto) es clave para actuar con responsabilidad y seguridad.

¿Qué es el fibrocemento?

El fibrocemento es un material compuesto a base de cemento reforzado con fibras. Durante años, esas fibras eran de amianto, también conocido como asbesto. Gracias a sus propiedades mecánicas y térmicas, el amianto ofrecía resistencia, aislamiento y durabilidad. Se utilizó ampliamente hasta que sus efectos perjudiciales sobre la salud fueron suficientemente reconocidos y su uso quedó prohibido.

A partir del año 2002, el uso del amianto quedó vetado en España y otros países europeos. Desde entonces, el fibrocemento que se fabrica utiliza fibras alternativas, como celulosa, polipropileno o vidrio, totalmente inocuas.

¿Cómo identificar fibrocemento con amianto?

Distinguir entre un material con y sin amianto no siempre es evidente a simple vista. Ambos pueden tener una apariencia similar: placas grises, onduladas o lisas, con textura rugosa o ligeramente granulada. Sin embargo, hay algunas pistas que pueden ayudar.

En primer lugar, la antigüedad del material es una señal relevante. Si el elemento fue instalado antes del año 2002 —y especialmente si es anterior a los años 90—, es muy probable que contenga amianto, salvo que se haya sustituido desde entonces.

Otra pista puede estar en el aspecto físico. El fibrocemento con amianto suele presentar un acabado más áspero, con bordes menos definidos y un tono gris más apagado. A veces, al romperse, se pueden ver fibras blancas en su interior. No obstante, esta identificación visual no es concluyente ni segura, y romper el material para comprobarlo está totalmente desaconsejado.

También hay que tener en cuenta que el fibrocemento moderno, libre de amianto, a menudo está marcado por el fabricante con etiquetas o inscripciones visibles que indican que cumple la normativa actual. En cambio, el material antiguo no presenta ninguna marca identificativa.

¿Puedo diferenciarlo sin analizarlo en laboratorio?

No con certeza. Aunque los indicios anteriores pueden ayudar a sospechar, la única forma segura de confirmar si un material contiene amianto es mediante un análisis en laboratorio especializado. Para ello, es necesario tomar una muestra de forma controlada, bajo medidas de seguridad, y analizarla con microscopía electrónica o técnicas específicas.

Este procedimiento debe ser realizado por una empresa autorizada y nunca por particulares, ya que el simple hecho de cortar o fracturar el material puede liberar fibras al aire, exponiendo a los ocupantes de la vivienda o del entorno a un riesgo innecesario.

¿Qué riesgos implica tener fibrocemento con amianto?

El fibrocemento en buen estado, sin roturas ni manipulaciones, no representa un riesgo inmediato. El problema surge cuando se rompe, deteriora o sufre obras que liberan las fibras que contiene. Estas partículas, al ser inhaladas, pueden permanecer en el organismo durante años y provocar enfermedades graves como el mesotelioma, la asbestosis o el cáncer de pulmón.

Por eso, incluso si el material se encuentra en aparente buen estado, se recomienda evaluar su retirada o encapsulado a medio plazo, sobre todo si se va a reformar la vivienda o si está ubicado en zonas de uso habitual.

¿Qué hacer si sospecho que hay fibrocemento con amianto en casa?

Ante la duda, lo más prudente es no intervenir sobre el material y solicitar una inspección técnica a una empresa especializada. En AST Amianto contamos con profesionales que pueden identificar los elementos, confirmar si contienen amianto y proponer soluciones seguras adaptadas a cada caso.

Si el análisis confirma que se trata de fibrocemento con amianto, será necesario planificar su retirada conforme a la normativa vigente, con personal autorizado, medidas de seguridad y tratamiento posterior de los residuos como peligrosos.

Conclusión

Saber distinguir entre fibrocemento con amianto y fibrocemento moderno es fundamental para mantener la seguridad de cualquier inmueble. Aunque a simple vista puedan parecer iguales, solo un análisis profesional puede ofrecer la certeza necesaria.

En caso de duda, actuar con precaución y contar con asesoramiento técnico es la mejor forma de proteger la salud y evitar problemas legales o estructurales en futuras obras.

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