¿Qué es una evaluación ambiental por amianto y cuándo se necesita?
La preocupación por la presencia de amianto en edificios y espacios de trabajo ha ido creciendo en los últimos años, sobre todo a medida que se ha ampliado el conocimiento sobre los riesgos para la salud que conlleva. Ante la sospecha de que pueda haber fibras en el aire, uno de los procedimientos clave es la medición de fibras de amianto, que forma parte de lo que se conoce como evaluación ambiental.
Esta evaluación permite determinar si hay riesgo real de exposición en un entorno determinado y si es necesario tomar medidas correctoras, ya sea en viviendas, centros educativos, oficinas o instalaciones industriales.
¿Qué es exactamente una evaluación ambiental por amianto?
Una evaluación ambiental por amianto es un análisis técnico que tiene como objetivo determinar la calidad del aire respecto a la presencia de fibras de asbesto en suspensión. No se trata simplemente de detectar materiales con amianto instalados, sino de verificar si, en ese momento y en ese entorno, las personas están respirando fibras peligrosas sin saberlo.
Este tipo de análisis es especialmente relevante en lugares donde se han manipulado materiales con amianto, donde hay elementos deteriorados o donde se sospecha que puede haber contaminación ambiental por causa de obras, filtraciones o envejecimiento de estructuras.
El proceso requiere el uso de equipos especializados que recogen el aire durante varias horas, filtran las partículas presentes y permiten, mediante microscopía, contabilizar la concentración de fibras por centímetro cúbico. El resultado final indica si los niveles están dentro de lo legalmente aceptado o si se han superado los umbrales de seguridad.
¿Cuándo es necesario hacer una evaluación de este tipo?
Hay varias situaciones en las que una evaluación ambiental se convierte en una herramienta esencial. Una de las más habituales es tras la retirada de materiales con amianto, ya que permite verificar que no ha quedado contaminación en el aire antes de reocupar el espacio. Este análisis suele ser exigido por la autoridad laboral o por la empresa de retirada como parte del cierre del proyecto.
También es muy común realizarla cuando se detecta deterioro en elementos antiguos: placas, tejados, bajantes o aislamientos que muestran grietas, roturas o signos de envejecimiento. En esos casos, la evaluación ayuda a decidir si es necesario actuar de forma urgente.
Otro escenario frecuente es en centros escolares, hospitales o edificios públicos donde se quiere garantizar que el aire es seguro para los usuarios, especialmente cuando se sospecha que puede haber materiales con amianto en techos o paredes, pero no se pueden retirar de inmediato.
Por último, hay evaluaciones ambientales preventivas, que se realizan antes de obras o reformas en lugares con materiales sospechosos, para establecer una línea base sobre la calidad del aire y controlar posibles aumentos de exposición durante los trabajos.
¿Qué información aporta la medición de fibras de amianto?
La medición de fibras de amianto no solo confirma si hay contaminación, sino que permite tomar decisiones informadas. Un resultado negativo da tranquilidad, mientras que una concentración elevada exige actuar con urgencia para evitar exposiciones peligrosas.
Además, los informes generados tienen valor legal y técnico, ya que cumplen con la normativa de seguridad laboral y ambiental. Pueden utilizarse para justificar actuaciones, solicitar ayudas o incluso resolver disputas entre propietarios, comunidades o empresas.
Conviene recordar que, en España, el valor límite ambiental (VLA-ED) para fibras de amianto en el aire está fijado en 0,1 fibras por centímetro cúbico. Superar este umbral indica la necesidad de adoptar medidas correctoras inmediatas.
¿Quién puede realizar una evaluación ambiental por amianto?
No cualquier empresa o técnico puede hacer este tipo de análisis. Es necesario contar con laboratorios acreditados y personal formado específicamente en técnicas de muestreo y análisis de fibras. La recogida de muestras, el tiempo de exposición y la metodología de análisis están regulados por normativa europea, por lo que el trabajo debe ser extremadamente riguroso.
En AST Amianto trabajamos con equipos certificados y técnicos cualificados para garantizar resultados fiables y útiles tanto para particulares como para administraciones y empresas.
La evaluación ambiental por amianto es una herramienta clave para garantizar la seguridad en espacios donde puede haber riesgo de exposición. Saber si hay fibras en el aire, y en qué concentración, permite actuar con criterio, evitar problemas de salud a largo plazo y cumplir con la legislación vigente.
Si necesitas realizar una medición de fibras de amianto en tu vivienda, edificio o lugar de trabajo, desde AST Amianto te ofrecemos un servicio completo, profesional y ajustado a cada caso. La prevención es la mejor forma de proteger lo que más importa: la salud.