Guía rápida para identificar amianto en una inspección visual inicial

La presencia de amianto en un edificio puede suponer un riesgo si los materiales están dañados o se van a manipular durante una reforma. Sin embargo, no siempre es fácil saber si un elemento contiene amianto solo con mirarlo. Aunque la identificación definitiva requiere un análisis profesional, es posible reconocer algunas señales de amianto durante una inspección visual inicial que ayuden a decidir si se debe tomar una muestra o actuar con precaución.

En esta guía te explicamos cómo observar de forma segura ciertos indicios que pueden sugerir la presencia de este material, sobre todo en construcciones anteriores al año 2002, cuando fue prohibido en España.

¿Qué aspectos debes tener en cuenta antes de inspeccionar?

Antes de nada, es importante entender que observar no es lo mismo que manipular. La simple inspección visual no implica riesgos, siempre que no se toquen, rompan o perfore materiales sospechosos. Si se tiene duda sobre algún componente, lo recomendable es dejarlo tal como está y contactar con una empresa especializada como AST Amianto para su análisis.

Conviene también recordar que el amianto no tiene olor, no se descompone a simple vista y no siempre es visible. Su peligro está en las fibras que se liberan cuando se rompe o deteriora. Por eso, toda evaluación visual debe hacerse con cautela, sin intervención directa.

¿Dónde mirar y qué observar?

Uno de los primeros indicadores a valorar es la antigüedad del inmueble. En edificios construidos antes de los años 2000 es más probable encontrar materiales con amianto, sobre todo en instalaciones originales que no hayan sido reformadas.

En cuanto a las zonas concretas, es habitual que el amianto esté presente en elementos de fibrocemento como placas onduladas de cubierta (popularmente conocidas como uralita), bajantes y canalizaciones, depósitos de agua, falsos techos, placas de cerramiento o incluso en recubrimientos térmicos de tuberías.

En muchos casos, estos materiales presentan un aspecto grisáceo o blanquecino, de textura rugosa, con bordes irregulares o fracturas en la superficie. En depósitos o placas, pueden detectarse capas delgadas o fibras visibles en las zonas deterioradas, lo que es una clara señal de alerta.

En instalaciones interiores, como techos desmontables, es más difícil de identificar sin desmontarlos, pero si los paneles son muy antiguos, están cuarteados o amarilleados, podría ser recomendable una inspección más detallada.

Señales visuales que pueden indicar presencia de amianto

Aunque ningún rasgo visual puede confirmar por sí solo la existencia de amianto, hay ciertas señales de amianto que conviene tener en cuenta. Por ejemplo, los tejados ondulados de fibrocemento instalados antes del año 2000 suelen ser candidatos probables. También lo son los bajantes de sección redonda hechos de un material duro, gris y sin brillos, especialmente si no están marcados con ninguna inscripción moderna.

Otras pistas pueden aparecer en instalaciones como chimeneas antiguas, techos de placas de escayola, placas aislantes en garajes o en zonas con humedad, donde el material se ha degradado y presenta pequeños desprendimientos.

Además, algunos productos industriales o técnicos de la época, como cuadros eléctricos o elementos aislantes en calderas, pueden tener componentes con amianto integrados que no se distinguen a simple vista, pero cuyo aspecto externo ya es un indicio si están envejecidos.

¿Qué hacer si identificas un posible material con amianto?

Si tras una revisión visual crees haber localizado un elemento que podría contener amianto, lo más sensato es no tocarlo ni intentar retirarlo. A menudo, el error más común es asumir que, por estar en mal estado, lo más urgente es eliminarlo sin más. Lo cierto es que cualquier actuación sobre este tipo de materiales debe hacerse según un protocolo legal y técnico muy estricto.

El siguiente paso es contactar con una empresa especializada para realizar un análisis. En algunos casos, con una simple muestra del material, se puede confirmar si contiene amianto. Si se confirma, será necesario valorar su retirada, encapsulado o control, dependiendo del estado y la función que cumpla en el inmueble.

Detectar la presencia de amianto a través de una inspección visual inicial no es una tarea exacta, pero sí puede ofrecer indicios útiles si se sabe qué buscar. Conocer las señales de amianto más habituales permite a propietarios, administradores y técnicos identificar riesgos potenciales y actuar con responsabilidad antes de iniciar cualquier reforma.

En AST Amianto realizamos inspecciones y análisis técnicos que permiten confirmar la presencia de amianto sin poner en riesgo la salud ni el entorno. Si tienes dudas sobre algún material en tu vivienda o edificio, contacta con nosotros y te asesoraremos sin compromiso.

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