Amianto en colegios: riesgos, normativa y planes de retirada
Durante décadas, el amianto fue un material habitual en la construcción de edificios en España. Su resistencia al fuego, durabilidad y bajo coste lo convirtieron en una opción atractiva para cubiertas, bajantes, suelos e incluso techos. Sin embargo, hoy se sabe que es altamente peligroso para la salud. Y lo más alarmante es que todavía hay presencia de amianto en colegios, muchos de ellos construidos antes de su prohibición definitiva en 2002.
A continuación te explicaremos por qué el amianto en los colegios sigue siendo un problema, qué dice la normativa actual y cuáles son los planes establecidos para su retirada.
¿Por qué es peligroso el amianto?
El amianto, también conocido como asbesto, está compuesto por fibras microscópicas que, al ser inhaladas, pueden alojarse en los pulmones y provocar enfermedades graves como la asbestosis, el cáncer de pulmón o el mesotelioma. Estas enfermedades no se manifiestan de inmediato, sino que pueden tardar décadas en desarrollarse.
El riesgo es especialmente preocupante en entornos como los centros escolares, donde niños y niñas están expuestos durante largos periodos de tiempo. Además, las instalaciones antiguas, con materiales ya deteriorados, pueden liberar fibras sin que nadie lo perciba. Un golpe accidental, una obra o una simple reforma en el colegio pueden ser suficientes para romper una placa de amianto y liberar partículas al aire.
¿Dónde puede haber amianto en un colegio?
Los lugares más comunes donde aún se puede encontrar amianto en colegios incluyen:
- Tejados y cubiertas (uralita)
- Bajantes y canalizaciones
- Revestimientos de suelos
- Techos tipo “sándwich” o falsos techos
- Aislantes térmicos en calderas o tuberías
- Goteras o techos con placas onduladas
Muchos centros educativos construidos entre los años 60 y 90 incorporaron este tipo de materiales sin conocer los riesgos que hoy se evidencian.
¿Qué dice la normativa sobre el amianto en colegios?
En España, el uso del amianto está prohibido desde el año 2002, pero no existe una ley nacional que obligue de forma inmediata a retirar el amianto ya instalado. No obstante, sí existen normativas europeas y planes autonómicos que marcan plazos y recomendaciones.
En 2022, la Unión Europea propuso la retirada progresiva del amianto en edificios públicos antes de 2032, con especial atención a los centros educativos y sanitarios.
Por su parte, algunas comunidades autónomas ya han aprobado planes específicos para la retirada del amianto en colegios. Por ejemplo:
- Cataluña: Plan para eliminar el amianto de todos los edificios públicos antes de 2032.
- Andalucía: Iniciativas para mapear los centros con riesgo y priorizar su actuación.
- Comunidad Valenciana y País Vasco: ya han ejecutado obras de desamiantado en varios colegios.
En cualquier caso, es obligatorio que cualquier retirada de amianto sea realizada por una empresa especializada inscrita en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo por Amianto), cumpliendo estrictamente con los protocolos de seguridad.
¿Qué medidas deben tomar los colegios?
Los equipos directivos, las AMPA y los ayuntamientos responsables de los colegios deben:
- Identificar posibles materiales con amianto. A través de inspecciones visuales o técnicas con personal especializado.
- Elaborar un plan de retirada progresiva. Priorizar los lugares más deteriorados o de mayor riesgo.
- Informar a la comunidad educativa. Mantener la transparencia sobre el proceso, plazos y medidas de seguridad.
- Actuar con empresas autorizadas. Solo empresas inscritas en el RERA pueden manipular amianto.
- Evitar manipulaciones improvisadas. Incluso una pequeña obra o reparación sin supervisión puede liberar fibras al aire.
Proteger el presente para asegurar el futuro
El amianto en los colegios es un problema real que no debe ser ignorado. Aunque su simple presencia no implica un riesgo inmediato, el paso del tiempo y el deterioro de los materiales aumentan el peligro.
Desde AST Amianto, ayudamos a centros escolares, ayuntamientos y administraciones a evaluar sus instalaciones, planificar retiradas seguras y cumplir con la normativa vigente. Apostar por la seguridad de los más pequeños hoy es garantizar su salud mañana.