¿Amianto y asbesto es lo mismo? Diferencias reales y por qué se usan ambos términos
Muchas personas que investigan sobre los peligros del amianto se encuentran con otra palabra aparentemente similar: asbesto. Esto genera una duda común y muy razonable: ¿amianto y asbesto es lo mismo? Aunque en ocasiones se usan indistintamente, no siempre está claro si se trata de sinónimos, de materiales distintos o de una cuestión técnica. En este artículo aclaramos qué significan ambos términos, por qué existen y en qué contexto se utilizan cada uno.
¿Qué son el amianto y el asbesto?
Desde un punto de vista técnico y mineralógico, el amianto y el asbesto hacen referencia al mismo tipo de material: un conjunto de minerales fibrosos de origen natural que fueron ampliamente utilizados en la industria y la construcción por sus propiedades aislantes, resistencia al calor y bajo coste.
Estos minerales pertenecen a dos grandes grupos:
- Serpentinas, cuyo principal representante es el crisotilo (amianto blanco).
- Anfíboles, donde se incluyen la amosita (amianto marrón), la crocidolita (amianto azul), entre otros.
Todos ellos están clasificados como materiales peligrosos y cancerígenos para el ser humano, y su uso está prohibido en muchos países, incluida toda la Unión Europea.
Entonces, ¿por qué existen dos palabras?
La diferencia entre ambos términos no es técnica, sino lingüística y geográfica.
- En España y América Latina, el término más comúnmente utilizado es amianto.
- En Estados Unidos, Canadá y algunos países de habla inglesa, se utiliza preferentemente el término asbesto (asbestos, en inglés).
En documentos oficiales, normativas o etiquetas de productos, es habitual encontrar uno u otro según el país de origen o la lengua del texto. Sin embargo, ambos hacen referencia al mismo conjunto de minerales fibrosos.
¿Hay alguna diferencia práctica entre amianto y asbesto?
No. Desde el punto de vista de los efectos sobre la salud, no existe ninguna diferencia entre lo que se llama “amianto” y lo que se llama “asbesto”. Ambos términos incluyen los mismos tipos de fibra, las mismas enfermedades asociadas y los mismos protocolos de seguridad.
Sin embargo, es importante tenerlo en cuenta al buscar información, ya que muchos artículos científicos, estudios médicos o normativas internacionales pueden emplear uno u otro término según su país de publicación.
En los entornos técnicos o legales de España, se recomienda utilizar “amianto” como término oficial, ya que es el que aparece en la legislación nacional (Real Decreto 396/2006, BOE, normativas autonómicas, etc.).
¿Dónde puedo encontrar ambos términos?
Es habitual encontrar el término “asbesto” en:
- Productos importados de países no europeos.
- Manuales antiguos de maquinaria, vehículos o electrodomésticos.
- Informes o estudios procedentes de América o Asia.
- Documentación técnica traducida del inglés.
Por eso, al consultar bibliografía técnica, certificados de materiales o documentación de obra, conviene saber que ambos términos son equivalentes, y que su presencia debe alertar por igual ante el riesgo.
¿Por qué es importante aclarar esta duda?
Comprender que “amianto” y “asbesto” son lo mismo permite:
- Interpretar correctamente etiquetas, informes o avisos.
- Evitar confusiones en contextos técnicos, legales o médicos.
- Identificar con claridad el riesgo, aunque se emplee un término diferente.
- Asegurar una búsqueda más completa de información y fuentes fiables.
Esta aclaración es especialmente útil para personas que han vivido o trabajado en países de habla inglesa, o que están revisando documentación antigua o importada.
Unificar el lenguaje para mejorar la prevención
En el contexto de la retirada de materiales peligrosos, es clave emplear un lenguaje claro y preciso. Por eso, tanto si se habla de amianto como de asbesto, lo importante es entender que se trata del mismo material peligroso que debe manipularse con precauciones estrictas y bajo supervisión profesional.